viernes, 16 de marzo de 2012

Soneto XIII - Garcilaso de la Vega

A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas ví que se tornaban
los cabellos que el oro oscurecían;

de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aún bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol,que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!

Garcilaso De La Vega .

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