miércoles, 28 de marzo de 2012

Escapar de la muerte .

Un hombre rico mandó a su criado al mercado en busca de alimentos. Pero a poco de llegar allí, se cruzó con la muerte que lo miró fijamente a los ojos.
El criado empalideció del susto y salió corriendo dejando tras de sí las compras y la mula. Jadeando, llegó a casa de su amo:- ¡Amo, Amo! Por favor, necesito un caballo y algo de dinero para salir ya mismo de la ciudad... Si salgo ya mismo quizás llegue a Tamur antes del anochecer... ¡por favor amo, por favor...!El señor le preguntó sobre el motivo de tan urgente pedido y el criado le contó a borbotones su encuentro con la muerte.El dueño de la casa pensó un instante y alargándole una bolsa de monedas le dijo:- Bien, sea. Vete. Llévate el caballo negro que es el más veloz que tengo.- Gracias amo - dijo el sirviente y, tras besarle las manos, corrió al establo, montó el caballo y partió velozmente hacia la ciudad de Tamur.Cuando el sirviente se hubo perdido de vista, el acaudalado hombre caminó hacia el mercado buscando a la muerte.- ¿Por qué asustaste a mi sirviente? - le preguntó en cuanto la vio.- ¿Asustarlo yo? - preguntó la muerte.- Sí - dijo el hombre rico - él me dijo que hoy se cruzó contigo y lo miraste amenazante.- Yo no lo miré amenazante - dijo la muerte - lo miré sorprendida. No esperaba verlo aquí esta tarde, porque se suponía que tenía que recogerlo en Tamur esta noche…

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