Ten cuidado,
Dios te observa.
No te ahogues en un oscuro callejón.
Aunque camines solo, él siempre te encontrará.
Él lo sabe, cuéntale tus pecados.
Díselo, aunque si no conoce tu rostro... no te podrá salvar.
¿Pero que estoy haciendo si las puertas del cielo están cerradas para mí?
Buen texto Tina y buen final. Yo lo comparto...
ResponderEliminarLosé, estos son los finales que me gustan .
Eliminar¡Muchas gracias!